viernes, 10 de octubre de 2014

Hacia donde va la asistencia social en Cuba

Hacia donde va la asistencia social en Cuba
octubre 9, 2014
Rogelio Manuel Díaz Moreno

HAVANA TIMES — El economista cubano José Luis Rodríguez pone a nuestro
alcance un dato impactante. En un artículo del ex-ministro de economía,
que el medio Cubadebate toma de Cubacontemporanea, Rodríguez despliega
varias informaciones estadísticas del panorama nacional. Una de las
cifras más significativas es la disminución de un 60% en los gastos de
asistencia social y la contracción de casi un 67% del total de familias
subvencionadas por este mecanismo.

Aquí viene a la mente, obligatoriamente, la canción del grupo Buena Fe,
"Catalejo". Esta pieza hace alusión a la enquistada costumbre de nuestra
prensa oficialista de criticar lo que sucede en los países lejanos y
ocultar los sucesos locales que causen preocupación.

Ábrase al azar cualquier edición del Granma o sus retoños, que con
seguridad se encontrarán las críticas más amargas contra los gobiernos
estadounidenses, el español, el griego, el chipriota y un largo
etcétera, por los recortes sociales que hubieran realizado.

La cobertura sobre la situación de las personas pobres en esos países y
su abandono por parte de los estados y las sociedades es masiva y gana
gruesos titulares. En cambio, acá tenemos un tajazo de esta magnitud, y
no ocupa más que una escondida frase, en un artículo reproducido por un
medio de mucho menos alcance.

Hay que recordar que al inicio de la década de 1990, se repitieron hasta
el cansancio las promesas gubernamentales de que ninguna persona o
familia quedaría desamparada, frente a las dificultades económicas que
se avecinaban. Esto era percibido como una muestra de la superioridad de
una sociedad socialista, altruista, sobre las demás que eran
capitalistas y egoistas. Evidentemente, la política cambió. La retórica
pública alcanza cimas de incoherencia, porque con los truenos actuales
no hay quien pueda hacer otra cosa.

Los afectados por los recortes en la ayuda constituyen, obviamente, el
sector más vulnerable de la población cubana. Son el grupo más golpeado
por la pobreza; por la disminución de la cuota de alimentos racionados y
subsidiados –la conocida libreta–, por el aumento generalizado de
precios en todos los mercados de bienes y servicios. En nuestra Asamblea
Nacional del Poder popular se despliegan planes fabulosos, se proyectan
las obras del futuro, se habla de las necesidades del crecimiento, pero
se habla poco de estas personas. El lema de socialismo próspero y
sustentable no va con ellos.

Se suele considerar que el subsidio a los productos no es muy
productivo, puesto que acceden al producto subsidiado tanto el
necesitado como el pudiente. Ese subsidio, en nuestro medio, se observa
fundamentalmente en los alimentos de la libreta y el transporte urbano.
Un lema que también ha estado de moda por acá es la de sustituir ese
tipo de subsidio por aquel dirigido a las personas específicas que lo
necesitan. A juzgar por lo expuesto por Rodríguez, ni el uno ni el otro.

De acuerdo a como se hacen las cosas en este país, en esa cifra se
esconde una cantidad pavorosa de historias muy tristes. Los funcionarios
de las regiones reciben un plan, según el cual tienen que disminuir su
presupuesto en un tanto por ciento, y a recortar como sea, porque viene
menos dinero del presupuesto y punto.

Los subsidios de la Asistencia social se asignan a personas que no
pueden trabajar por problemas severos de salud, física o mental; o a
personas en mejor estado, pero dedicadas exclusivamente a atender las
abrumadoras necesidades de algún familiar en esas condiciones. La
modesta pensión que les pasa el Estado suele ser vital para no hundirse
en la miseria. Y el periodista José Alejandro Rodríguez –no confundir
con el primer Rodríguez– en no pocas ocasiones, ha revelado en el
periódico Juventud Rebelde, los casos de retirada de pensiones a
personas así.

Si tan siquiera se hubiera convocado el sentir de cada comunidad
respecto a cómo repartir los poquitos recursos remanentes. Pero los
insensibles mecanismos burocráticos son incapaces de respetar mandatos
de democracia. Hubiera podido darse el caso, Dios no lo quiera, de que
una persona atrevida exigiera redistribuir por ahí lo que gasta un
ministro en un hotel; el organismo de deportes en una evento de escasa
popularidad o lo destinado al próximo campo de golf.

En fin, que nuestra prensa oficialista seguirá con un gran catalejo para
detectar los problemas en la Luna, Marte y otros lugares lejanos de las
calles cubanas. Solo en las manos de la ciudadanía estará la posibilidad
de voltear ese catalejo, para poder comprender nuestras propias
vergüenzas y hacer algo al respecto.

Source: Hacia donde va la asistencia social en Cuba - Havana Times en
español - http://www.havanatimes.org/sp/?p=99826

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