martes, 14 de octubre de 2014

Raúl no podría permanecer ajeno

Raúl no podría permanecer ajeno
PEDRO CAMPOS | La Habana | 14 Oct 2014 - 5:47 pm.

¿Qué efectos tendría el fin del embargo en la correlación de fuerzas
entre Fidel y Raúl Castro?

En un editorial del 12 de octubre, The New York Times insta a Obama a
restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba (algo fuera del alcance
de las leyes del bloqueo-embargo y que es de su potestad presidencial),
a fin de mejorar sus relaciones internacionales con América Latina y
generar otras dinámicas en los vínculos con el país antillano y en su
situación interna.

El bloqueo-embargo norteamericano de nuevo se ha convertido así, en el
centro de las discusiones en torno a los problemas de Cuba, cuando todos
sabemos que el principal bloqueo, el que es necesario acabar de levantar
para que el pueblo y la economía cubanos mejoren su situación es el
interno, ese impuesto por el Estado-Partido al pueblo de Cuba que le
impide desplegar sus iniciativas económicas, políticas y sociales.

La pregunta fundamental que deberíamos hacernos, los que estamos
interesados en el bienestar del pueblo cubano sería: ¿cómo incidirían
tales medidas en ese bloqueo interno que, a fin de cuentas, es el que
nos tiene cerrados y no el otro de afuera, en lo que concuerdan los
mismos que insisten en mantener el de EEUU?

La actualización raulista es insuficiente para eliminar el bloqueo
interno a que estamos sometidos los cubanos, pero su evolución y
dinámicas, sin las trabas actuales, podrían llevar paulatinamente a su
desmontaje y final disolución. Sin embargo su estancamiento y eventual
neutralización por las fuerzas del fidelismo, sería de lo peor que
podría ocurrirle ahora a la sociedad cubana.

Las políticas norteamericanas no determinan, pero influyen en las
dinámicas de la correlación interna de fuerzas en la cúpula gobernante y
en general en el Partido-Gobierno y la sociedad cubanos, entre los
seguidores de profundizar y ampliar —en diverso grado— la llamada
"actualización del modelo económico-social" y los que aspiran únicamente
a dejarla en imagen para mantener el viejo régimen estatal
hipercentralizado.

No es ningún secreto que existe un pulso "suave", no visible, un
conflicto de "evitación-aproximación" permanente entre el viejo líder
histórico y su hermano General, sobre formas y contenidos relativos a
cómo conducir la política interna y externa de Cuba y su economía.

Es fácil identificar que los primeros discursos del ascenso de Raúl y
las intenciones renovadoras de la "actualización" no han quedado
debidamente reflejados en la instrumentación y los resultados concretos
de la política aplicada. ¿La causa más visible? La recuperación
paulatina de Fidel en busca de retomar su protagonismo. Las evidencias
están en sus "Reflexiones", en sus continuadas apariciones públicas y
mediáticas recibiendo personalidades extranjeras y en las sistemáticas
loas a su pensamiento y personalidad en la prensa toda controlada por la
dirección del Partido, al punto de que superan las apariciones públicas
y discursos de Raúl, aunque se "retiró y pedido que no lo llamaran
Comandante en Jefe".

¿Habrá que recordar el discurso del "vaso de leche" y la supresión de
las frases de Raúl en el Granma, junto a todo su significado? Raúl
sustituyó el equipo de gobierno de Fidel, pero en la cúpula dirigente
del PCC quedan los tradicionales fidelistas, especialmente en su
secretariado encabezado por Machado Ventura, el que maneja toda la
actividad práctica del Partido, movimiento de cuadros, propaganda, etc.

Es esa estructura partidista la principal encargada de mantener vigentes
las posiciones del "líder histórico". El segundo del Gobierno, Díaz
Canel, no es el segundo del Partido, sino Machado. Ese manejo de las
estructuras del Partido, por encima con Fidel y por debajo de Raúl, se
evidenció en las discusiones del VI Congreso del PCC manipuladas por la
burocracia del Partido, en contra de los llamados al debate democrático
y libre en las bases.

El General, hermano de Fidel, quien lo conoce como nadie y fue nombrado
por él, ha tenido que gobernar a su sombra, con ese hándicap, entre
hacer avanzar sus "reformas" y no enfrentarse al líder, de ahí el
aumento de su parquedad y la disminución de sus apariciones públicas.

Raúl ha sido preciso en sus intenciones de acercarse a EEUU, cuando su
hermano en recuperación no pierde oportunidad para tratar de
distanciarse todo lo posible. Esto, que también puede interpretarse como
el juego entre "el policía bueno y el policía malo", adecuadamente
estimulado, hubiera podido servir para buscar ese acercamiento, si
Washington hubiera sido más consecuente con sus primeras apreciaciones
sobre el significado del ascenso de Raúl a la dirección del Gobierno.

Por ello, no es ocioso recordar que entonces, EEUU mostró mucho interés
y disposición en colaborar con él y sus militares, filtrándose la idea
de que allá estaban convencidos de que la mano dura de los militares y
sus "reformas" impedirían otras eventuales estampidas migratorias, lo
cual constituía el problema que más atormentaba sus relaciones con Cuba.
Sin embargo, EEUU no dio pasos verdaderamente significativos que
ayudaran a los planes raulistas de la actualización que hubieran podido
fortalecer al General en la interna correlación de fuerzas.

Un acercamiento más efectivo y el levantamiento de otras importantes
sanciones del bloqueo-embargo, hubieran podido inclinar la balanza del
poder interno a favor de los raulistas y haberles permitido desplegar
mejor su "actualización" y, eventualmente, otras "reformas" democráticas
que a mediano plazo hubieran implicado cambios de mayor calado. Es
posible que EEUU tuviera la apreciación de que la trasmisión del poder
solo había sido nominal y que "el televisor fue entregado, pero no el
mando, el control real".

Hoy estamos viendo cómo la crítica situación económica, a causa de las
limitaciones de la "actualización" para superar el estancamiento
generado por el modelo casi absolutista del último medio siglo, está
generando un éxodo masivo de cubanos hacia EEUU por todas las vías posibles.

Las propuestas que ahora hace The New York Times podrían estar llegando
un poco tarde, pero "si la dicha es buena…" De concretarse, tendrían un
efecto inmediato en el aflojamiento de las tensiones entre ambos
gobiernos y, claramente, muchos de los desesperados por irse para el
Norte podrían considerar que es mejor aguantar hasta conocer los efectos
concretos del acercamiento. A su vez, sugerirían que el gobierno de
Obama no es el responsable fundamental del mantenimiento del
bloqueo-embargo, sino el Congreso; podrían abrir el camino a la futura
suspensión del mismo en tanto que implicaría previamente la eliminación
de Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo y dar espacio a
otras dinámicas positivas en las relaciones entre ambos países.

Esa perspectiva podría aplacar los ánimos que culpan a las agresiones
del imperialismo norteamericano de todas nuestras desgracias, a la vez
pretexto fundamental para tratar de justificar los desastres económicos
del estatalismo, la represión de la oposición, la ausencia de democracia
y las faltas de libertades y derechos civiles y políticos. Posiciones
reforzadas por las frecuentes apariciones y reflexiones del "líder
histórico".

Especialmente, implicaría una especie de espaldarazo norteamericano a la
actualización raulista. Esa corriente "reformista" podría revitalizarse
y cambiar a su favor esa complicada correlación interna de fuerzas. Raúl
no podría permanecer ajeno al movimiento norteamericano y debería actuar
en consecuencia. Unas dinámicas generarían otras. Puede haber otras
muchas consideraciones sobre el tema. A los efectos internos de Cuba,
estas son las que me parecen más importantes.

Source: Raúl no podría permanecer ajeno | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1413301631_547.html

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