jueves, 9 de octubre de 2014

Sin computadoras públicas en cientos de kilómetros

Sin computadoras públicas en cientos de kilómetros
HÉCTOR REYES | Santa Clara | 9 Oct 2014 - 8:45 am.

Cualquier usuario que reclame sus derechos puede entrar en una lista
negra de los Joven Club de Computación.

Las instalaciones de Joven Club de Computación (JCC) y Electrónica que,
en Cuba radican hasta en los municipios más aislados del Plan Turquino
implantan un sistema de acceso a sus instalaciones conocido como
"derecho de admisión".

Sus directivos y técnicos prohíben la entrada a cualquier ciudadano que
haya "violado" las regulaciones del código de ética, el cual rige las
directrices del local. La prohibición y la violación son tan relativas
que se niega la entrada a alguien solo por exigir su derecho.

Los JCC son instalaciones barriales que brindan servicios de cursos de
informática y computación a la población. En salas con diez PC por
instalación. También prestan el servicio de intranet y tiempo de máquina
para trabajar o estudiar computación.

Desde 2010, en el municipio de Florencia, Ciego de Ávila, René Chirino
Ríos, director del centro y diputado a la Asamblea Nacional del Poder
Popular, promueve vedar la entrada a algunos clientes. A veces por
causas ideológicas, a veces por justos reclamos de derechos.

"En desacuerdo con los preceptos practicados por la Batalla de Ideas, y
por los personajes de la historia local como doña Isabel Victoria,
mecenas y benefactora del municipio a mitad de siglo XX", comenta el
periodista independiente Maurilio Martínez.

"La regulación del JCC en Florencia era algo así como un secreto a voces
dado que desde hace varios años algunas personas fueron etiquetados como
indeseables por tener opiniones contrarias a la aplicación del horario,
las formas de entrada, o por exigir acceso a internet, o por distribuir
contenidos que no son del agrado del sistema", continúa Maurilio.

En cada barrio cubanos existen estas instalaciones. En Florencia es el
único lugar donde hay computadoras públicas en cientos de kilómetros.
Cualquier usuario puede pasar a formar parte de la lista negra ¿Qué
recurso le queda a un ciudadano en Florencia cuando se violan sus
derechos más elementales?

Este club está bloqueado para algunas personas que piensan diferente, lo
que está catalogado como una violación a los derechos humanos,
específicamente al derecho innegable que tiene cada persona al libre
acceso a la información, estipulado en artículo 19 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, de la cual Cuba es firmante.

El "derecho de admisión" se ha implementado en otros sitios y otras
áreas del país. Centros nocturnos, estadios y hasta cines. Un mentado
caso recogido por el periodista local Yamil Díaz Gómez expuso como el
cine Camilo Cienfuegos, de Santa Clara, prohibió la entrada de un
exhibicionista por realizar allí sus felonías.

El hombre solicitó el servicio de un abogado y "como no existe respaldo
legal para la decisión de prohibir a un ciudadano la entrada a un lugar
público, las puertas del Camilo (el cine) se volvieron a abrir", escribe
en su artículo Díaz Gómez.

"En el caso de los JCC se puede formular una queja a instancias
provinciales o nacionales y aferrarse a la idea de que sus reclamos
encontrarán oído que repare la falta cometida", comenta un funcionario.

En Florencia solo queda esperar hasta dónde piensan llegar personajes
como el diputado René Chirino Ríos.

Source: Sin computadoras públicas en cientos de kilómetros | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1412837129_7.html

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