miércoles, 5 de noviembre de 2014

Éxodo y 'actualización'

Éxodo y 'actualización'
PEDRO CAMPOS | La Habana | 4 Nov 2014 - 6:34 pm.

Las nuevas medidas no están dando los resultados económicos, políticos y
sociales que inicialmente esperanzó a buena parte de los cubanos.
Soluciones y exigencias desde el socialismo democrático.

No es un secreto para nadie que en el último año la población cubana
está experimentando un aumento considerable de salidas al exterior,
particularmente hacia EEUU, por todas las vías posibles y,
desgraciadamente, por las más peligrosas, en embarcaciones improvisadas
por el Estrecho de la Florida y a campo traviesa por Centroamérica,
cruzando México para llegar a la frontera norte.

El tema hace rato viene siendo abordado por la prensa alternativa e
internacional. En Cuba… silencio, ni una palabra.

Y es que, hay que decirlo alto y claro, la "actualización" raulista, que
brindó esperanzas y un compás de espera para tiempos mejores, no está
dando los resultados económicos, políticos y sociales que inicialmente
despertó esperanzas entre buena parte de los cubanos.

Y esa es la causa fundamental que está provocando este éxodo que amenaza
con ser masivo.

El propio gobierno de Raúl Castro, sin decirlo claramente, lo ha
reconocido con ese magro crecimiento anunciado en el primer semestre de
apenas 0,6 % y con las medidas dictaminadas en la última reunión del
Consejo de Ministros.

Los economistas del patio, incluidos algunos calificados de
oficialistas, han manifestado públicamente su insatisfacción por las
limitaciones y las trabas de las medidas de la "actualización".

No se trata de culpar ni atacar a nadie en particular. Pero cualquier
gobierno, en cualquier parte del mundo, es el responsable de tomar las
medidas necesarias para garantizar el bienestar y la satisfacción de su
pueblo.

Este éxodo silencioso obliga a todos los interesados en el bien del
pueblo cubano a pensar en soluciones, echando a un lado todo tipo de
prejuicio, consigna o slogan como ese de "sin pausa pero sin prisa",
para tratar de encontrar y aplicar soluciones prontas, prácticas, efectivas.

El Gobierno cubano culpa de nuevo al bloqueo imperialista de todos los
males. Pero no hace nada siquiera para apoyar la campaña antiembargo
que lidera The New York Times.

Las medidas que toma en el orden práctico no acaban de liberar las
fuerzas productivas, como ha pedido el mismísimo Raúl Castro y siguen
las trabas de todo tipo contra el trabajo por cuenta propia, contra la
expansión de la pequeña empresa y especialmente contra el cooperativismo
autónomo, sin el cual la sociedad poscapitalista, el socialismo, es una
ilusión.

El Estado, por distintos mecanismos burocráticos, sigue monopolizando el
comercio interno y restringe cada vez más las mínimas posibilidades de
los ciudadanos de realizar pequeñas importaciones de medios de consumo
que el monopolio estatal-militar de las tiendas de recaudación de
divisas (TRD) son incapaces de ofertar.

La represión contra el pensamiento y el activismo político opositor no
cesa, a pesar de su carácter pacífico e inofensivo.

Internet se mantiene inaccesible para la gran mayoría de la población,
desconociendo su importancia y significación para el amplio desarrollo
de las capacidades individuales y colectivas, para el mercado entre los
distintos sectores y áreas de la producción, para la cultura y el
desarrollo científico-técnico.

La supuesta descentralización de las empresas estatales, ha quedado en
un simulacro, con la creación de la OSDE (Organización Superior de
Dirección Empresarial), un eslabón intermedio subordinado a los
ministerios que neutraliza la anunciada autonomía empresarial y en lugar
de reducir burocracia, la ha aumentado.

Por otro lado, no hay un solo movimiento de la "actualización" que
apunte a la participación directa de los trabajadores en la propiedad,
la dirección, la gestión y las ganancias en las empresas que el Estado
considera más importantes y productivas. En tanto organiza dizque
"cooperativas" en los timbiriches y talleres estatales de servicios
irrentables y en crisis, con una serie de condiciones y dependencias que
más parecen destinados a demostrar el fracaso del "cooperativismo" que a
buscar soluciones socialistas.

¿Cuál es la consecuencia de todo esto? Los emprendedores, los
trabajadores jóvenes técnicos y profesionales que de alguna forma
esperaron ver los resultados positivos de la "actualización", no ven en
la práctica ninguna real rectificación del rumbo estatalista burocrático
y centralizado y simplemente cansados, han decido emprender la aventura.

Raúl dijo que había que cambiar la mentalidad. Y es absolutamente
cierto. Pero también lo es que un verdadero proceso de rectificación
difícilmente puede ser llevado a cabo por los mismos que durante medio
siglo han estado trabajando y viviendo con esa mentalidad que hay que
cambiar.

Filosofía que vemos vigente todos los días en la prensa del Partido,
donde siguen las declaraciones de altos dirigentes culpando a los
trabajadores y las burocracias inferiores por los graves problemas del
país y la falta de productividad. Cuando todos sabemos que el único
responsable es ese modelo estatal asalariado centralizado y
burocratizado que se pretende cambiar, sin cambiar nada en esencia.

Si Raúl no quiere pasar a la historia como un continuador fracasado de
las políticas voluntaristas tradicionales, tendrá él mismo que producir
un cambio en su mentalidad, abrirse a los nuevos tiempos, olvidarse de
las caducas teorías "marxistas leninistas" de partido único director de
la dictadura de proletariado, de la planificación centralizada, de la
"empresa estatal socialista" como eje de la economía, del centralismo
no democrático, y acabar de realizar verdaderos cambios encaminados a la
democratización y socialización de la política y la economía.

En mi propio nombre y en el de varios de mis compañeros más allegados,
no lo estamos demandando desde Miami, desde la oposición tradicional a
las ideas socialistas, desde ninguna organización financiada por "el
enemigo", desde ninguna mesa repleta.

Lo estamos haciendo desde el patio, desde el último escalón desposeído
de la pirámide, con apenas un mendrugo de pan en la mesa, por el derecho
que nos da haber sacrificado y entregado los mejores años de nuestras
vidas a un proceso revolucionario en el que las grandes mayorías
depositaron sus esperanzas.

Lo hacemos desde esa generación que hoy, rondando los 60-70 años, tiene
que inventarse el sustento porque las miserables pensiones no alcanzan
ni para comer una semana; pero que no vaciló en dar un paso al frente
cuando Girón, el Escambray, la Alfabetización, las Milicias y se nos
pedía la entrega incondicional de miles de horas de trabajos voluntarios
en los campos de caña, de café y tabaco.

Lo hacemos desde el derecho que nos da el haber cumplido misiones
internacionalistas en que nos fue la vida, no en ocasiones, sino casi
diariamente, durante años y en campo adversario.

¿Cómo salir de esto?

Los socialistas democráticos cubanos y de todo el mundo, bastante hemos
escrito sobre cómo superar el modelo del "socialismo de Estado" que
encubre un capitalismo monopolista de Estado. Nunca se nos ha querido
escuchar o nuestras propuestas han sido aplicadas sesgada e
incoherentemente, aunque siempre hemos estado abiertos al diálogo, pero
algunos burócratas de pacotilla hasta de enemigos y agentes del
imperialismo nos han tildado.

Para nosotros, ya viejos, muchos enfermos, veteranos de batallas no
contadas, nada pedimos; pero sí exigimos con toda la fuerza de nuestras
voces semiapagadas por los años y la intolerancia que se acaben de tomar
medidas prácticas, efectivas para sacar al pueblo cubano de esta
situación, para que nuestros hijos y nietos no tengan que seguir
arriesgando sus vidas en las aguas del Caribe o cruzando fronteras en
Centroamérica y para que no tengamos que arrepentirnos en nuestros
lechos de muerte de haber servido a causas que han resultado innobles.

También sabemos que hay más tiempo que vida y que el pasado no es la
solución del presente, sino el futuro.

Source: Éxodo y 'actualización' | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1415118880_11109.html

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