viernes, 9 de enero de 2015

Dictadura castrista y petróleo

Dictadura castrista y petróleo
Los precios del petróleo son una sombra siniestra sobre Raúl Castro
Eugenio Yáñez, Miami | 08/01/2015 12:16 pm

Algunas noticias son más mediáticas que otras, y reciben tratamientos
diferentes en la prensa y las redes sociales. Sin embargo, algunas
muchísimo más trascendentes que otras no llaman tanto la atención al
comenzarse a conocer, aunque con el tiempo hay que seguirlas porque
afectan a todos.
Una de esas que todavía no ha ocupado toda la atención que merece con
relación al tema cubano es la relacionada con los precios del petróleo
en el mercado mundial y su incidencia en las economías de diferentes
países, y muy especialmente cómo repercute en Cuba.
La finca de los hermanos Castro es una versión real del Macondo de
García Márquez: si aumenta el precio del petróleo en el mercado mundial,
no le conviene al gobierno, pues se encarecen las importaciones, pero si
desciende tampoco le conviene, porque se limitan las posibilidades de
sus mecenas, además de que disminuyen los ingresos que obtienen por
exportar petróleo.
Durante muchísimos años la dictadura recibió petróleo subsidiado de sus
patrocinadores de turno. Los soviéticos hasta 1991, y después la
Venezuela de Chávez y Maduro. En todos los casos, el precio que
supuestamente pagaría el gobierno cubano era muy inferior al que
imperaba en el mercado mundial, y en ocasiones ni en esas condiciones
preferenciales era pagado por los hermanos Castro.
El régimen exporta parte del petróleo recibido de Venezuela; lo mismo
hacía con parte del que recibía de la Unión Soviética. Es al mismo
tiempo importador y exportador de petróleo. Pero no exporta el que se
produce en el país, sino parte del que recibe de sus benefactores.
Ahora, cuando baja el precio del petróleo en el mercado mundial no le
conviene al régimen, pues no solamente vale menos el petróleo que
reexporta, sino que el principal benefactor del régimen, el gobierno
venezolano, tiene menos recursos para subsidiar a Cuba y otros países y
mantener la estrategia de petróleo barato a los "amigos" clientelares a
cambio de "solidaridad" con las revoluciones castrista y bolivariana.
Nicolás Maduro primero envió emisarios a la OPEP, el impúdico monopolio
petrolero, solicitando reducir la producción para que el precio se
elevara. No tuvo éxito, porque algunos países árabes no tienen interés
en hacerlo, con la intención golpear a Rusia, que intenta apoderarse del
suministro petrolero al fabuloso mercado chino, y también para golpear a
enemigos regionales en el Medio Oriente, como el Irán de los ayatolas y
naciones que apoyan al Estado Islámico.
Al no lograrlo, Maduro acusó a EEUU de provocar la crisis y dañar el
medio ambiente, diciendo que la técnica del fracking (perforación
hidráulica) provocaría terremotos y grandes desgracias a la nación del
norte. Gracioso ver al inculto venezolano hablando de lo que no sabe y
"preocupado" por el destino de la primera potencia mundial, a quien
tantas veces amenazó con no venderle petróleo.
En una movida desesperada, ahora partió hacia China —con escala en
Rusia— a pedir dinero a los asiáticos en calidad de préstamo de
emergencia (que no obtendrá fácilmente por todo lo que ya debe a China),
y posteriormente continuar viaje al Medio Oriente para repetir el ruego
de disminuir la producción, algo que los sauditas no parecen interesados
en hacer, al menos de momento.
Lo grave de esta situación, para el régimen, es que en la medida que
Venezuela se adentre más en la recesión y la crisis que ya la corroe,
habrá más limitaciones para el envío de petróleo subsidiado a la Isla y
para el pago de otros "servicios" que el régimen brinda a Venezuela,
como médicos, maestros y entrenadores, y leoninos contratos donde
empresas cubanas se benefician escandalosamente a costa de recursos de
la contraparte venezolana.
Otro querido amigo de los "buenos tiempos" castristas, el gobierno ruso,
ha recibido duros golpes con las sanciones occidentales por la
intervención en Ucrania, lo que unido al descenso de los precios del
petróleo provocó la devaluación del rublo y que Rusia entrara en una
profunda crisis, que Putin ha señalado -optimistamente- que se
necesitarán dos años para superarla y recuperarse, lo que hace difícil
que ahora pueda ayudar demasiado a los "camaradas" cubanos, más allá de
brindis con vodka y nostalgias de cuando Moscú ordenaba y La Habana
despilfarraba.
Otros amigos del régimen productores de petróleo también deben
reestructurar sus economías por la crisis de precios antes que pensar en
lanzar salvavidas a Raúl Castro: Ecuador busca soluciones con apoyo
chino, Brasil puede protegerse mejor, aunque su economía no está en el
mejor momento, y los escándalos de Petrobrás no aconsejan demasiados
manejos turbios con Cuba en estos tiempos. Bolivia no produce lo
suficiente para ayudar a Cuba, México nunca mostró demasiado interés en
hacerlo en este rubro, y Argentina está abocada a una crisis energética
de incalculables proporciones. Irán, golpeado también por sanciones, no
está en condiciones de ayudar en estos momentos, y ni Khadafi ni Saddam
Hussein existen. Angola, Guinea Ecuatorial y Argelia no enviarían
demasiado petróleo gratis a Cuba, si enviaran alguno.
Fidel Castro por 48 años, y ahora Raúl Castro con más de 8 en el poder,
fueron capaces de perder dinero y recursos tanto si el precio del
petróleo subía como si descendía.
Un verdadero aporte en el arte de gobernar con eficacia ¿no?
No por gusto Raúl Castro estuvo dispuesto a negociar desde hace más de
18 meses con "el imperio" diabólico, después de más de medio siglo de
choques, tirantez y acusaciones descabelladas sobre supuestos proyectos
de invasión y malignas intenciones.
¡Sorprendente! Y estos "líderes", con sus camarillas de aduladores y
correveidiles, pretenden "perfeccionar" el socialismo y hacerlo
eficiente, próspero y sustentable.

Source: Dictadura castrista y petróleo - Artículos - Cuba - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/dictadura-castrista-y-petroleo-321475

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