jueves, 19 de marzo de 2015

Dos pesos el pipí, diez el popó

Dos pesos el pipí, diez el popó
Así dice un cartel situado encima del inodoro de una casona del Vedado.
El negocio de los urinarios en Cuba se ha convertido en uno muy rentable
jueves, marzo 19, 2015 | Roberto Jesús Quiñones Haces

GUANTÁNAMO, Cuba. -"Dos pesos el pipí, diez el popó", así dice un cartel
situado encima del inodoro de una casona del Vedado. El servicio lo
cuida un anciano de 78 años que me dijo ser un ex policía que trabajaba
en la Técnica Canina. Sus clientes son transeúntes perseguidos por la
urgencias de sus esfínteres y los borrachos de un bar cercano, que tiene
el servicio sanitario clausurado.

No ha solicitado licencia porque teme que el tributo que le exigirán sea
muy alto. Hay días en que recauda unos cuarenta pesos, aunque el
promedio oscila entre 25 y 30, una cantidad que, unida a su chequera de
370 pesos, le permite llevar una vida sin lujos, pero no miserable como
la de la mayoría de sus colegas ya jubilados.

El anciano tiene un sistema peculiar para que no le pasen gato por
liebre: siempre lo acompaña un pastor alemán de aspecto temerario que
comienza a gruñir al menor síntoma de evasión del pago.

En Cienfuegos

En el centro de la Perla del Sur es difícil hallar un urinario en buenas
condiciones higiénicas, a pesar de ser ésta una zona muy visitada por
extranjeros y cubanos. Pero muy cerca de la calle 30, en el área del
malecón cienfueguero, funciona uno que presenta una limpieza admirable y
ofrece jabón, papel higiénico, desodorante, pasta dental y hasta la
posibilidad de una buena afeitada con lociones y perfumes incluidos. La
micción cuesta 0.25 centavos de dólar. Nada indicaba el precio por
"hacer el 2".

En el cabaret Costasur, todos los viernes y domingos, desde las 6 pm y
hasta pasadas las doce de la noche, el popular grupo cienfueguero Los
Modys interpreta la música de la Década Prodigiosa, ante una gran
afluencia de público. La entrada cuesta 10 pesos para los cubanos (unos
cuarenta centavos de dólar) y un dólar para los extranjeros, pero no
garantiza un asiento ni tampoco cubre la entrada a los baños.

Una empleada de los servicios sanitarios me confesó que, en los días
buenos, se iba con más de cien pesos y unos cuantos dólares, porque los
cubanos tienen que pagar un peso pero los extranjeros lo hacen en divisa.

En las Terminales de Ómnibus hasta nuestros desechos están devaluados

En las terminales de ómnibus el negocio está alcanzando una mayor
presencia pues los servicios sanitarios han sido entregados en
arrendamiento. Sin embargo la higiene continúa siendo mala en las
terminales de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Granma, Holguín
y Santiago de Cuba. En ninguna de ellas había papel sanitario, en la
mayoría faltaban el jabón y el agua en el grifo y los inodoros estaban
sucios.

Todas estas terminales son muy concurridas. Para que el lector tenga una
idea, en la parada de cinco minutos que el ómnibus en que viajaba hizo
en Sancti Spíritus, ocho hombres y cinco mujeres usaron el servicio. Una
cifra superior (27 personas) lo hizo en Ciego de Ávila y 39 lo
hicieron en Camagüey durante los diez minutos de parada.

Hasta hace unos meses, los empleados se contentaban con lo que
recibieran de los viajeros, ahora exigen un peso a los cubanos y un
dólar a los extranjeros.

En la terminal de ómnibus de Bayamo los baños están cerrados. Uno de
esos genios tropicales que pululan en el gobierno y las entidades
públicas ordenó la colocación de una estructura metálica pintada de rojo
en el andén. Hay dos hileras de servicios pero el hueco para evacuar
está situado tan abajo que quienes orinan de pie tienen que afinar la
puntería para que parte del líquido no rebote contra las perneras de sus
pantalones. A la entrada un cartel señala: "Orinar, un peso; otros,
cinco pesos".

La competencia

Algunos urinarios estatales, o arrendados en locales estatales, están
sufriendo pérdidas ante la competencia de los negocios particulares. Así
ocurre con los servicios sanitarios del restaurante "El Viajero",
municipio de Jatibonico, provincia de Sancti Spíritus.

Hace escasos meses, para comer en dicho lugar había que hacer una larga
cola debido a la gran afluencia de ómnibus nacionales. Al preguntarle a
la encargada del servicio sanitario sobre cómo le iba, me respondió
quejumbrosa que antes era mucho mejor pues ahora los restaurantes
particulares, situados en la zona, le brindan comida gratuita a los
choferes para que les lleven pasajeros.

Pero quizás el servicio sanitario más exitoso es el ubicado afuera de un
restaurante privado enclavado en los bajos de un edificio bi-planta de
Guáimaro. La afluencia de personal es constante. He pasado alrededor de
cinco veces por el lugar, en menos de dos años y en todas ellas he visto
al mismo hombre encargado de la atención a los servicios, los que
mantiene con una higiene aceptable y con jabón. Un cálculo conservador
me permite concluir que debe recibir diariamente no menos de mil
quinientos pesos.

El cubano, tan ágil en eso de calibrar las posibilidades de cualquier
negocio emergente, no pierde tiempo. Así me lo confirmaron dos amigos de
Guantánamo que esperan instalar sendos servicios sanitarios en sus
viviendas antes de los próximos carnavales. No se puede perder tiempo,
me dijo uno muy entusiasmado, mucho menos cuando hasta las heces fecales
dan plata.

Source: Dos pesos el pipí, diez el popó | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/dos-pesos-el-pipi-diez-el-popo/

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