La gestión económica y la educación han de marchar de la mano

La gestión económica y la educación han de marchar de la mano
abril 15, 2015 2:36 am·

Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) La educación de las
nuevas generaciones ha sido siempre causa de preocupación y ocupación
tanto de los gobiernos sensatos como de los pensadores más destacados de
la sociedad, además de ser, por supuesto, el deber primero de padres y
familiares.

En la actualidad, escuchamos cada vez más términos como desarrollo
armónico de la personalidad, autonomía y autoconfianza del adolescente,
más no debemos descuidar el complemento moral que debe llevar toda labor
educativa. En su momento formó parte de nuestra idiosincrasia y
tradición aun en los sectores más humildes de la población cubana, pero
hoy parece desaparecer incluso hasta de la memoria colectiva.

Todo ello parece relacionado con el estado de incertidumbre económica
que padece el cubano medio, que no logra solvencia ni siquiera para
cubrir las necesidades más elementales y, lo que es peor aún, su
consecuencia en el plano psicológico, la afectación directa dentro del
propio núcleo familiar del cual se siente responsable.

El Estado es el órgano rector de las políticas económicas de toda
nación. Así, la economía de un país entonces no tendrá sentido
utilitario ni funcional mientras no sea capaz de satisfacer de forma
eficiente las necesidades sociales reales, que surgen de la más simple
cotidianidad, las que se acrecientan o transforman en función del
tiempo, de manera continua y acorde al contexto cultural, regional y
demográfico de una población dada. Por ello, si las políticas de
implementación económicas están solo al servicio de la elite dominante,
nunca se dará una adecuada solución a las demandas de la sociedad.

Mientras la economía se halle en función del soporte estratégico de un
sistema político totalitario, excluyente e intolerante, no existirá la
menor oportunidad de que haya un estado de bienestar, un clima de
confianza y seguridad ciudadana y, mucho menos, de la consecución de una
sociedad verdaderamente democrática que marche por consenso hacia la
creación de un estado de derecho que garantice las libertades individuales.

Mientras los inspectores estatales se enfocan en las contravenciones a
las leyes de la Reforma Urbana en el sector privado, ¿quién se hace
responsable ante estos descalabros?

De cualquier modo, si existiese realmente una voluntad de cambio y una
sensibilización con los problemas que afectan a las diferentes
comunidades a nivel gubernamental, se implementarían directrices de
acción que garantizaran los requerimientos cualitativos y cuantitativos
que la afectan negativamente desde la base, con lo cual la economía
cubana podría entonces cumplir su cometido primordial de proporcionar al
ciudadano lo necesario para subsistir de manera decorosa, permitiendo a
su vez el desarrollo pleno de sus facultades, aspiraciones y de su mundo
espiritual.

Tal vez todo sea más simple y uno de los motivos radique en el temor con
que nos programan desde pequeños, al iniciar nuestra vida escolar, donde
todo lo que tenga trazas de capitalismo e individualismo es nocivo y por
tanto ajeno a los principios revolucionarios. Eso constituye el
principal freno a la realización personal del individuo.

Para no ser coaccionados por la maquinaria gubernamental, muchas
personas se alejan del comprometimiento que representa la dependencia
económica de un salario en cualquier dependencia laboral estatal. El
sector privado es un probable ente activo de la sociedad civil que
escapa de a poco de los férreos mecanismos de control del régimen.

Cuántas veces nos encontramos con escenas que dejan tanto que desear de
la caballerosidad o la sensibilidad más elemental. Son estas imágenes
las que evaden los medios oficialistas

Nos encontramos ante un panorama incierto. Debemos reconocer ante todo
la necesidad real de aunar esfuerzos para lograr un cambio que responda
a los intereses de un pueblo que ha sido sistemáticamente engañado
durante cinco décadas y que quizás hoy se encuentre más cerca que nunca
de lograr un contacto con esa realidad que nos negaron, con la
posibilidad de errar o triunfar por sí mismos.

Ya basta de construir una utopía a golpes de consigna, de vender una
imagen al mundo totalmente divorciada de la realidad de tantas miserias
cotidianas, de administrar un país cual si de una finca ganadera se
tratase, separando familias , fomentando rencores, olvidando que se
jugaba con las vidas de seres humanos, con los destinos de hombres y
mujeres de bien, que de repente se vieron privados de su fe, de sus
tradiciones, y sin más horizontes que los caprichos egocéntricos de un
puñado de tiranos enajenados y oportunistas que pretenden implantar como
cultura la subcultura de la marginalidad y la mediocridad, haciendo uso
de la distinción entrenada del verbo, del aura mística creada durante
años para que hasta las frases más frívolas y sin sentido parecieran
verdades esenciales, solo por haber sido pronunciadas por El Líder.

Mediante subterfugios y el manejo de la memoria colectiva fueron
suprimidos de la historia los nexos que le permiten a las nuevas
generaciones comparaciones con el pasado e inventaron un enemigo
desmesurado para justificar el aislacionismo

Se hace difícil tener voluntad de ayudar al prójimo si al despertar cada
día de tu vida debes enfrentar invariablemente este panorama, con altas
probabilidades de continuar viciado por "la nada cotidiana".

Un anciano me dijo una vez que, por lo general, las carencias exacerban
los demonios que algunos llevamos dentro.

Poniéndole empeño y amor, la flor que florece en la adversidad llega a
ser la más hermosa de todas.

Existe hoy un sector de la población cubana que va perdiendo día a día
la moral, las normas por las que se rige la conducta de un ser humano en
concordancia con la sociedad y consigo mismo. Debemos darnos a la tarea,
por tanto, de rescatar los valores cívicos y éticos, de reinventarnos.
Es ese nuestro compromiso para con las futuras generaciones. De nada
sirve quedarnos cruzados de brazos. Aún estamos a tiempo.

Para Cuba actualidad: mapard2012@gmail.com

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