martes, 12 de mayo de 2015

De comprar a alquilar un "almendrón" en Cuba

De comprar a alquilar un "almendrón" en Cuba
Hace años que el Gobierno cubano cambió los Chevrolet, Buick, Cadillac o
Jeep por autos soviéticos.
Juan Juan Almeida
mayo 11, 2015

Con la flexibilización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, se
desató la especulación y anda haciendo de las suyas. Algunos expertos
aseguran que varias compañías estadounidenses están prestas a comprar
los famosos "almendrones" de la isla. Puede ser, la disposición es real,
siempre existe algún trasnochado a quien la pasión, la necesidad o la
desinformación, le obliga a confundir la realidad con el deseo o con la
imaginación.

Absolutamente fuera de foco, el patrimonio automotriz cubano ha sido
prácticamente depredado. La mayoría de lo que queda, autos Cadillac,
Chevy, Studebaker, Pontiac, Thunderbird y Buick que aún circulan por la
isla, fueron remotorizados para ser usados como taxis colectivos
(boteros) y al perder originalidad, perdieron también la excepción.

A mediados de la década del 80, la empresa Cuba al Servicio de
Extranjeros (CUBALSE, por sus siglas) capitalizó la generalidad de los
autos coleccionables que existían en el país. Los adquirió usando como
referencia su importancia tecnológica (Hispano-Suiza, Cadillac V16 de
190), rareza (Ford T del 18, Baby Lincoln del 30) o significación
histórica universal.

No creo necesario aclarar que los compró a precios irrisorios; por un
Mercedes-Benz gaviota, un Jaguar, o un Bugatti, pagó con vehículos rusos.

Varias de esas joyas rodantes se encuentran hoy en el museo del
automóvil ubicado en la calle Oficios de la Habana Vieja; otros, como
"Los zapaticos de rosa", están guardados y con excelente mantenimiento
en garajes privados de altos dirigentes, el resto fue muy bien vendido,
mayormente, a coleccionistas suizos.

A finales de los 90, casi no existían en la isla autos de colección 100%
original, en manos de la población; Cubalse deja de comprar y el batón
de la rapiña patrimonial lo toma un exclusivo grupo de artistas que para
entonces no vendían sus obras a los precios que lo hacen ahora pero
supieron aprovechar, más que el innato talento, conexiones
gubernamentales para comprar autos antiguos, adornarlos con cuatro
brochazos y, bajo el estatus de "obra de arte", sacarlos del país y
venderlos en el exterior.

Así, vía marítima, como balseros, pero con permiso especial, salieron de
Cuba autos americanos a solicitud de un extraño mercado que exigía
fundamentalmente Camioneta Chevrolet del 46, Ford Mercury del 41, Buick
Roadmaster del 56, Chevrolet Corvette y Chevy del 57.

A la moda del antique cuatro ruedas, se unieron cubanos con visión
comercial y extranjeros residentes. Entonces, con opción económica, el
Gobierno retoma el negocio con empresas como Cubataxi, que adquirió
autos antiguos con cierta historia nacional no para vender sino para, a
precios de prostituta, rentarlos a turistas que pagan por montar la
Harley Davidson que usó Camilo Cienfuegos, el Chevrolet Impala de
Almeida y lo que algunos aseguran solo es una versión falsa de la
limusina Chaika que por años utilizó Fidel.

Ordenando estas simples fichas del rompecabezas comercial del automóvil
en Cuba, es muy fácil comprender que, de los casi 60.000 autos antiguos
que aún circulan por la isla, salvo aisladas excepciones, en posesión de
algunos nacionales sólo quedan autos híbridos, armados con libérrimos
criterios de una mecánica ingeniosa que sí se podrán vender pero no son,
ni por aproximación, la mina de oro que sus propietarios creen tener.

Source: De comprar a alquilar un "almendrón" en Cuba -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-almendron-alquilar-comprar/93991.html

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