jueves, 20 de agosto de 2015

Tres pilares para mejorar la relación agrícola EEUU-Cuba

Tres pilares para mejorar la relación agrícola EEUU-Cuba
ARTURO LÓPEZ-LEVY Y PAUL JOHNSON

Tras el histórico viaje del secretario de Estado John Kerry a Cuba para
izar la bandera y abrir la nueva embajada estadounidense, grandes
expectativas se levantan sobre los nuevos pasos de acercamiento entre
los dos países. El debate en el interior de la rama ejecutiva no es más
sobre ajustar el embargo sino con qué reemplazarlo. La apertura de las
embajadas abre espacio para que la administración lance un nuevo paquete
de medidas de acercamiento con Cuba.

La política de la rama ejecutiva enunciada por el presidente Obama se
resume en más cooperación con Cuba, en más sectores, más frecuentemente.
Cuba y EEUU deben consolidar realidades institucionales que favorezcan a
sectores comprometidos con la política de acercamiento. Solo eso
garantizará la irreversibilidad política de los pasos dados.

El principal reto para la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU
es rebasar una lectura pasiva del vínculo bilateral como es, con una
visión dinámica sobre las oportunidades que ofrece la nueva
institucionalidad. Cuando el embargo/bloqueo fue instituido la
presunción era que Cuba no permitiría un sector no estatal. Hoy, Cuba no
solo tiene un sector no estatal sino que lo considera parte integral de
su modelo económico. Promoviendo un comercio e inversión regulado de
EEUU con el mismo, los dos gobiernos pueden desangrar el embargo,
haciéndolo una carcasa irrelevante.

Uno de los puntos neurálgicos para la normalización de relaciones es la
seguridad alimentaria. Las dinámicas políticas internas en EEUU y en
Cuba justifican acelerar la cooperación en esa área. El comercio
agrícola con Cuba fue el renglón pionero donde el embargo tuvo que
retroceder. De una situación de comercio cero, EEUU llegó a vender, en
2008, 658 millones de dólares en la isla, con Cuba como el octavo
mercado norteamericano de pollos, e importantes compras de soya y otros
productos.

Fortalecer la seguridad alimentaria está en el interés nacional de Cuba
y EEUU. La dependencia cubana de importaciones de alimentos en un 70-80
% representa importantes vulnerabilidades a los aumentos de precios en
el mercado mundial. Una caída en el poder adquisitivo cubano
perjudicaría también a EEUU con aumentos de la emigración incontrolada e
incertidumbres derivadas de los procesos de reforma económica,
liberalización política y transición inter-generacional de liderazgos en
los que Cuba está inmersa.

En contraste, un aumento del comercio alimentario entre Cuba y EEUU
representa una ganancia mutua para los dos países. Las reformas
económicas en Cuba han priorizado una significativa transición al
mercado en el sector agrícola. Los procesos de apertura al campesinado
privado y las cooperativas; y la entrega de tierras en usufructo
constituyen un importante avance en materia de derechos humanos pues
mejoran el derecho a la alimentación y a la propiedad privada. Solo en
gastos de transportación, un mayor comercio agrícola cubano con EEUU
ahorraría millones de dólares.

En la agricultura cubana, la política de EEUU, sus intereses y valores,
tienen un potencial aliado para la Cuba futura. Cuba emplea hoy en la
agricultura el 20 % de su fuerza laboral para producir apenas el 5 % de
su producto interno bruto. Existen importantes potenciales ganancias de
productividad solo con incorporar nuevas tecnologías y técnicas de
administración ya conocidas. No se trata de instrumentar los nuevos
mercados contra el gobierno cubano sino de potenciar la eficiencia y
viabilidad de la agricultura no estatalizada para que incite su
emulación en otros sectores.

Tres son los pilares de una nueva relación integral entre las
agriculturas de Cuba y EEUU:

1. La interacción entre los sectores empresariales de ambos países en
las áreas de comercio e inversión. El presidente Obama debe dispensar
las licencias respectivas que permitan el comercio agrícola de dos vías,
y el fin de las limitaciones a una relación integral entre las
comunidades de negocios agrícolas de ambos países. Cuba podrá comprar
más en EEUU en la medida en que pueda vender. La Casa Blanca debe
entender la necesidad de otorgar oportunidades de crédito para la compra
de equipamiento agrícola y de construcción para el sector privado
cubano. Cuba debería abrir la compra de equipamiento agrícola y de
construcción en EEUU a su sector no estatal, flexibilizando el monopolio
estatal del comercio exterior, heredado de su etapa de economía de comando.

2. La relación entre los ministerios de agricultura de los dos
gobiernos. Dada la sensibilidad del tema alimentos, la cercanía
geográfica y las dimensiones de seguridad fitosanitaria, los dos estados
deben lanzar espacios de consulta y cooperación. El intercambio
bilateral debe ser reforzado con programas conjuntos de instituciones
multilaterales como el Programa Mundial de Alimentos, la FAO, y el
instituto interamericano de cooperación para la Agricultura, una
institución a la que Cuba debería incorporarse en el nuevo contexto. La
cooperación puede extenderse a temas colaterales como las energías
renovables, y el cambio climático.

3. La cooperación educacional para la agricultura. Cuba y EEUU tienen la
posibilidad de integrar sus esfuerzos en materia de educación agrícola,
ganadera y biotecnológica, creando condiciones para una cooperación
integral mutuamente beneficiosa. EEUU puede otorgar becas para
agrónomos, veterinarios, y administradores de negocios cubanos
vinculados a la agricultura. El Departamento de Agricultura debería
apoyar la participación estadounidense en proyectos bilaterales y
multilaterales de asistencia tecnológica y empresarial a los procesos
cubanos de desarrollo, reforma y apertura.

Para institucionalizar la visión descrita, la nueva embajada en La
Habana debe incorporar una oficina del servicio agrícola exterior
estadounidense. Cuba, por su parte, podría tener una sección en su
embajada en Washington a cargo del contacto con los agricultores para
acelerar la organización de misiones comerciales estadounidenses. Esa
brecha ya abierta en el embargo, debe ser explotada con mayor vigor.

Los contactos agrícolas Cuba-EEUU son relevantes de cara a la elección
estadounidense de 2016. El presidente Obama ganó varios de los estados
agrícolas del Medio Oeste pero estos eligieron predominantemente
gobernadores y legisladores republicanos a nivel estatal y federal. Hay
también vínculos sociales estrechos entre los grupos empresariales
agrícolas e importantes comunidades cristianas conservadoras. Tal
situación convierte la relación de Cuba con los estados agrícolas en un
instrumento poderoso para avanzar una agenda de mayor apertura hacia la
isla en el Congreso.

Arturo López-Levy es profesor adjunto en el Centro de Estudios Globales
de la Universidad de Nueva York. Paul Johnson es cofundador de la
Coalición agrícola por el comercio con Cuba.

Source: ARTURO LÓPEZ-LEVY y PAUL JOHNSON: Tres pilares para mejorar la
relación agrícola EEUU-Cuba | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article31574063.html

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