viernes, 9 de octubre de 2015

A medio siglo del idealismo guevarista

A medio siglo del idealismo guevarista
ORLANDO FREIRE SANTANA | La Habana | 9 Oct 2015 - 10:29 am.

A pesar de toda la propaganda oficialista, es indudable que Ernesto
Guevara es el gran olvidado en la Cuba actual.

Aunque ya desde los años 1963 y 1964 Ernesto "Che" Guevara compartiera
su labor como ministro de Industrias con la redacción de artículos sobre
la estrategia económica que debía seguir la revolución cubana, no será
hasta 1965, casi a punto de iniciar su aventura en el Congo, que
escribiría la obra que prácticamente sintetiza su pensamiento.

Nos referimos al breve ensayo El socialismo y el hombre en Cuba,
aparecido en el semanario uruguayo Marcha en marzo de ese año. Además de
tratar, entre otros, los temas referidos a la moral, la política, la
labor del Partido Comunista, el trabajo con los jóvenes, y el papel que
le correspondía jugar a la vanguardia artística, el malogrado
guerrillero privilegia en estas páginas dos asuntos que lo obsesionan:
la relación masa-gobernante, y la advertencia para que no se usaran
métodos capitalistas en la construcción de la nueva sociedad.

Guevara insiste en que la masa en Cuba no constituye una suma de
elementos que actúan como un manso rebaño, sino que se trata de un
conjunto de individuos que se someten a un proceso consciente de
autoeducación. Y aunque reconoce que siguen sin vacilar a sus
dirigentes, especialmente a Fidel Castro, lo justifica al apuntar que
"el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la
interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a
la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas".

El denominado "debate económico cubano" de los años 60 tuvo como
principal protagonista al Che Guevara. Su sistema de Financiamiento
Presupuestario, que se oponía a otros métodos de dirección de la
economía que tomaban en cuenta ciertos mecanismos de mercado, y que
cobraban auge en las naciones comunistas de Europa oriental, fue
enfrentado por varios especialistas cubanos y extranjeros. Entre los
primeros sobresalieron Marcelo Fernández Font (entonces presidente del
Banco Nacional), y Carlos Rafael Rodríguez (que dirigía el Instituto
Nacional de Reforma Agraria). Entre los foráneos destacó el economista
francés Charles Bettelheim.

El guerrillero argentino-cubano abogaba por un férreo centralismo
económico que apenas concediera autonomía a las empresas, por la
preeminencia de los estímulos morales sobre los materiales, rechazaba la
existencia de la Ley del Valor en el socialismo, y no veía con agrado
que los empresarios trabajaran atraídos por conceptos como la ganancia y
la rentabilidad. Una de sus máximas favoritas era la siguiente: hay que
crear riquezas con la conciencia, no conciencia con las riquezas.

En El socialismo y el hombre en Cuba, Guevara reafirma las concepciones
que había expuesto durante el debate económico. En uno de los párrafos
más conocidos de este ensayo, escribe que "persiguiendo la quimera de
realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara
el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el
interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a
un callejón sin salida".

Sin embargo, la vida se encargó de demostrar que esas "armas melladas
del capitalismo" son esenciales para el buen funcionamiento de cualquier
economía. En la propia Cuba, no obstante haber prevalecido en
determinados momentos algunos de los postulados del Che, los gobernantes
debieron acudir a ciertas palancas del mercado cada vez que la economía
amenazaba con colapsar. Así sucedió a mediados de la década del 70, y
después, durante el "Periodo Especial" en los años 90.

¿Y qué decir ahora con los cambios económicos implementados por Raúl
Castro? De ser auténticos los restos de Guevara que se guardan en el
mausoleo de la ciudad de Santa Clara, es probable que esos despojos no
hallen sosiego debido al rumbo antiguevarista que toman los
acontecimientos en la Isla. A pesar de toda la palabrería que emplee la
propaganda oficialista, es indudable que el Che Guevara es el gran
olvidado en la Cuba de nuestros días.

El ensayista Fernando Martínez Heredia, una especie de talibán de línea
dura en el seno de la intelectualidad nacional, escribió lo siguiente
con motivo del cincuentenario de ese ensayo y su reedición por el Centro
de Estudios Che Guevara: "Hay que decir que el pensamiento del Che está
como suspendido en una región brumosa, separado del fervor que siguen
despertando su actuación, su trayectoria y su ejemplo".

Source: A medio siglo del idealismo guevarista | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1444252724_17374.html

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