martes, 6 de octubre de 2015

Huyendo del igualitarismo

JOSÉ AZEL: Huyendo del igualitarismo

El individuo no es reconocido como alguien que tiene derechos
El individualismo ha sido castigado como una filosofía egoísta
Los ricos serán más ricos, pero también los pobres prosperarán
JOSÉ AZEL

Cuando se analiza el éxodo de personas de regímenes comunistas como Cuba
es práctica común describir su escape como una huida de la opresión o
una búsqueda de libertad. Esas definiciones son evocativas, pero para
profundizar nuestra comprensión de las raíces de estas migraciones es
útil considerarlas también como un escape del igualitarismo. Escapar del
igualitarismo es una descripción que contribuye intelectualmente a
nuestra discusión política actual sobre la desigualdad.

Las ideologías colectivistas se basan en la idea de que la vida de un
individuo no le pertenece a él sino a la sociedad de la que forma parte.
El individuo no es reconocido como alguien que tiene derechos, por lo
que debe renunciar a sus valores para el "bienestar mayor" del grupo. El
pensamiento comunista identifica al colectivo como la unidad central de
las preocupaciones morales. Desde el punto de vista colectivista la
persona no tiene más derechos que los que la sociedad le permite disfrutar.

En contraste, el liberalismo clásico sostiene que cada individuo es
moralmente un fin en sí mismo y tiene el derecho moral de actuar de
acuerdo a su propio juicio, libre de coacción gubernamental. De esta
forma, el individualismo ha impulsado la más inspiradora explosión de
creación de riqueza y reducción de pobreza que el mundo haya conocido.

A pesar de su incomparable record reduciendo pobreza, el individualismo,
que es esencialmente nuestra búsqueda de la libertad personal, ha sido
castigado por los pensadores colectivistas como una filosofía egoísta
que debe reemplazarse por el igualitarismo impuesto por el Estado. Pero
es precisamente de ese igualitarismo forzado que buscan escapar aquellos
que huyen de las sociedades comunistas. La libertad es individual, no
colectiva.

Los cubanos que huyen de la isla trágica ya han experimentado las
devastadoras consecuencias morales y económicas de las políticas
colectivistas que buscan crear una sociedad igualitarista, un
experimento fallido que buscaba crear un "hombre nuevo" que sería
colectivista en actitud y dispuesto al sacrificio por el bien común. Ese
experimento resultó en una sociedad disfuncional en bancarrota
económica, caracterizada por enormes sistemas represivos de control
social y un gobierno con ilimitado poder sobre sus ciudadanos.

Para ser claro: el igualitarismo del que huyen millones de personas es
el igualitarismo en logros económicos impuesto por la clase dirigente.
No es la igualdad de oportunidades que es antípoda al igualitarismo.
Rechazan un igualitarismo que, en cierto sentido, apuntala los llamados
a una redistribución del ingreso en Estados Unidos. Quienes proponen la
redistribución del ingreso yerran al no reconocer que cuando se confisca
la riqueza de una persona se viola directamente su libertad.

Por definición, en una sociedad libre en todo momento el 20% de su
población estará en el segmento más bajo de ingresos (los pobres), y
otro 20% estará en el más elevado (los ricos). Pero en una economía de
libre mercado en expansión el ingreso se incrementa para ambos
segmentos. Sí, los ricos serán más ricos, pero también los pobres
prosperarán.

En un sistema de libre mercado la población de ambos segmentos
mencionados cambia constantemente. Estudios de distribución de ingresos
en sociedades de libre mercado revelan un notable grado de movilidad de
ingresos, con individuos subiendo y bajando en las escalas de
distribución de ingresos. Es decir, los segmentos estarán siempre
llenos, pero no siempre con las mismas personas. Las sociedades de libre
mercado ofrecen la oportunidad de escapar del igualitarismo impuesto por
el colectivismo.

Así, uno de los atractivos de las sociedades libres es que se
caracterizan por lo que los sociólogos califican como "circulación de
élites", donde nadie está impedido de entrar en las filas de la élite
económica. Las élites económicas en las sociedades de mercado están
siempre abiertas a nuevos miembros, mientras las élites en otras
sociedades tienden a permanecer estáticas basadas en predominio militar,
pertenencia a grupos o conexiones familiares.

En sociedades de mercado abundan ejemplos de individuos que abandonaron
países donde los mercados eran severamente restringidos u obstaculizados
por los políticamente conectados, y en una generación triunfaron y se
incorporaron al segmento superior. En Miami sobresale el ejemplo cubano.

Mientras en Estados Unidos nos aventuramos en esfuerzos para
redistribuir la riqueza, vale la pena comprender por qué las personas
huyen del igualitarismo que estaríamos tratando de establecer. El
cientista social José Benegas define la esclavitud como el 100% de
expropiación del trabajo de un individuo. Esa definición nos recuerda
que apropiarse coercitivamente de cualquier porción del ingreso de una
persona constituye esclavitud parcial.

Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y
Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana
in Cuba.

jazel@miami.edu

Source: JOSÉ AZEL: Huyendo del igualitarismo | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article37816008.html

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