lunes, 5 de octubre de 2015

Libertad política y ventajas económicas

Libertad política y ventajas económicas

Las reformas económicas que ha puesto en marcha el gobierno cubano ―y
las que se esperan, con una mezcla de ilusión y escualidez― son más
importantes de lo que algunos aún se niegan a reconocer en Miami
No hay avance en la creación de una sociedad civil y tampoco en el
establecimiento de una escala de valores y actitudes en el ciudadano común
ALEJANDRO ARMENGOL

Hasta el momento en el caso cubano no es posible atribuir, ni a las
protestas ni a las reformas, una capacidad sustancial de cambio. Vale
decir que las segundas intentan mantener un statu quo y que las primeras
no logran avanzar más allá de lo ocasional. Si a esto añadimos que el
antagonismo Cuba-Miami se ha transformado en el acercamiento La
Habana-Washington, pocas esperanzas ya quedan en esta ciudad para los
gestos exaltados. El futuro pertenece por entero a los moderados.

Las reformas económicas que ha puesto en marcha el gobierno cubano ―y
las que se esperan, con una mezcla de ilusión y escualidez― son más
importantes de lo que algunos aún se niegan a reconocer en Miami, pero
al mismo tiempo no hay avance en la creación de una sociedad civil y
tampoco en el establecimiento de una escala de valores y actitudes en el
ciudadano común, que permitan infundir aliento o esfuerzo en la
edificación futura de una sociedad democrática.

En este sentido, la fórmula que garantiza el control del país no ha
cambiado. Aunque la represión se rige por nuevas pautas —medidas
cautelares y detenciones breves en vez de largas condenas—, con igual
eficacia y torpeza mantiene el dominio de la calle.

Pero hay además algo muy especial. A quienes viven en la isla les ha
tocado cargar con lo que perece ser una maldición original. Cuba tiene
una característica especial en cuanto a los acontecimientos históricos.
Siempre llega tarde, salvo cuando se anticipa. Fue la última colonia en
liberarse del dominio español en América y el último capítulo de la
guerra fría en este continente, que comenzó a cerrarse con el acuerdo
entre el gobernante Raúl Castro y el presidente Barack Obama de iniciar
el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas. Veinticinco
años después de la caída del Muro de Berlín.

Una razón de peso tras ese proceso iniciado en la mañana del 17 de
diciembre del pasado año —aunque Washington no la declara públicamente—
es poco romántica. El abandono del principio de dar prioridad a la
búsqueda de la libertad, por encima de cualquier actuación fundamentada
en el mantenimiento de la estabilidad.

La realidad es que aunque el concepto se esgrimió más de una vez, por
parte de Washington en lo que respecta a Cuba —especialmente durante la
administración de George W. Bush—, jamás se convirtió en un plan de
acción efectivo.

Ahora hay menos razones que nunca para ponerlo en práctica. Más allá de
lo que representa como ideal —es muy difícil negar que la meta de la
libertad es valiosa de por sí—, la cuestión fundamental radica en las
posibilidades de llevar a la realidad el concepto.

Tras los embrollos de Irak, Afganistán, la "Primavera Árabe" y otras
aventuras e ilusiones similares, pocas energías y deseos quedan para
preocuparse por la pobre libertad o la libertad de los pobres, que para
el caso es lo mismo.

Así queda conformado un cuadro en que, por una parte la protesta contra
la falta de libertad y la ausencia de democracia encuentra su definición
mejor en el terreno cívico, cuando no se limita a un simple modo de
sobrevivencia, empleo y boleto de avión.

Por la otra está el esfuerzo por hacer avanzar o lentificar los cambios
económicos. Aquí son factores fundamentales tanto una burocracia
empeñada en el entorpecimiento de esa vía, y condenada al fracaso, y una
dirigencia que ve en el paso al sector empresarial no solo la
continuación de sus privilegios sino la posibilidad de un
enriquecimiento siempre envidiado pero inalcanzable.

Y hasta ahora, en Cuba el dinero está ganando la batalla, como suele
ocurrir.

Source: Libertad política y ventajas económicas | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article37377843.html

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