martes, 9 de febrero de 2016

El mundo del tatuaje intenta hacerse un hueco legal en la Cuba actual

El mundo del tatuaje intenta hacerse un hueco legal en la Cuba actual
AGENCIAS | La Habana | 9 Feb 2016 - 11:17 am.

Con cientos de talleres que operan tolerados, aunque vulnerables pues no
hay una regulación legal que los proteja, el tatuaje está experimentando
un alza en Cuba. No existen cifras oficiales ni independientes, pero se
estiman unos 500 tatuadores en el ambiente, desde prestigiosos estudios
hasta locales minúsculos, con condiciones óptimas de higiene hasta
algunos de dudosa sanidad.

En el grupo de los más valorados de encuentra La Marca, abierto hace un
año y que constituye un ejemplo tanto de la aceptación como de las
dificultades para encuadrarse jurídicamente, según señala un trabajo de
la agencia AP.

Cuba ya tenía artistas tatuadores antes de la revolución y su práctica
era mal vista en los 50. En los 60, ya con el nuevo régimen en el poder,
continúa el estigma, al que se añadieron las preocupaciones por los
riesgos para la salud del grabado en la piel.

Pero ahora el tatuaje está en alza en Cuba. El estudio La Marca,
instalado en una concurrida calle de La Habana Vieja, elegantemente
diseñado con arcadas de ladrillo y techos de madera de puntal alto,
vitrinas con instalaciones y cuadros por todas partes, ha hecho unos 600
tatuajes a cubanos y extranjeros desde que comenzó en enero de 2015; y
logró colarse activamente en varios proyectos con las exigentes
instituciones estatales.

"La Marca es mi casa, es mi estudio-taller. Así lo presentamos", explicó
a la AP, Leo Canosa, un tatuador de 41 años y el dueño del lugar.

"El tatuaje en Cuba se mantiene en un limbo", reconoció Canosa, quien
con su taller participó por ejemplo de la Bienal de Arte de La Habana en
mayo con la presencia del creador mexicano Dr. Lakra, y realizó jornadas
de reparación de juguetes para los niños o una exposición de patinetas
"tuneadas".

La Oficina del Historiador de la Ciudad suele difundir las actividades
de La Marca y en sus comunicados de prensa la califica de un espacio
"profesional", aunque de todas formas la sede mantiene su independencia
de cualquier institución oficial.

"No somos ilegales, ni legales. Preferimos usar la palabra alegales,
porque aunque estemos en ese limbo nuestra acción no es delictiva",
comentó Marta María Ramírez, comunicadora de La Marca.

Pero mientras La Marca tenía un despegue exitoso, otros talleres
sufrieron la presión de la ilegalidad.

A mediados de 2015, poco después de la Bienal, al menos media docena de
talleres, desde aquellos de escasa trayectoria hasta algunos que
llevaban décadas de trabajo, fueron cerrados. Inspectores estatales se
presentaron para decomisar máquinas, tintas y agujas, un operativo que
puso en alerta a toda la comunidad de tatuadores. Incluso quienes no
fueron visitados cerraron sus puertas para no perder los materiales.

Uno de los que debió permanecer dos meses sin trabajar luego de que se
le presentaran los inspectores fue el Che Alejandro Pando, con más de 20
años en el sector y quien en los 90 trabajó arduamente para
desestigmatizar el tatuaje en Cuba y ahora lo hace para lograr la
legalidad del género.

"Los tatuadores en realidad no tienen ningún estatus, ni de artistas ni
de nada. Estamos luchando desde el año 96 para que nos acepten dentro
del arte en Cuba, pero al final eso no se ha logrado", expresó Pando de
43 años.

Tras las clausuras gubernamentales, un grupo de artistas se reunieron en
casa de Pando con abogados y funcionarios del Gobierno para ver "qué
camino legal seguir", y al final se les permitió volver a trabajar.

"El regalo de las muchachitas de 15 años son tatuajes, eso no se veía
antes. Todo está listo, el camino allanado, hay mucha calidad en arte,
hay eventos en toda la Isla, pero el problema de los materiales golpea
mucho y sobre todo la legalidad que te pone en una situación muy
vulnerable", manifestó Pando.

La legalización completa les permitiría también comprar materiales,
obtener el apoyo de las instituciones culturales cubanas para realizar
eventos y hasta no pelear en la aduana cuando traen sus pinturas o agujas.

Sin embargo, la mayoría de los tatuadores con algún prestigio
consultados por la AP rechazan ser incluidos en alguna de las categorías
de trabajadores independientes abiertas en 2010 al calor de las reformas
aperturistas y se sienten más identificados en el marco regulatorio para
creadores, que durante décadas protegieron a pintores, músicos y actores
cubanos.

Según los tatuadores, el "boom" llegó a la Isla junto con la difusión
mundial del género, el arribo de turistas y la divulgación de una
estética de farándula donde las figuras aparecen con sus dibujos en la
piel; mientras la posibilidad de viajar al extranjero de estos artistas
les permitió conocer y comprar otros materiales y elevar su técnica.

Mientras el tatuaje lucha por ganar un espacio legal y que se reconozca
como arte en la Isla, lo cierto es que en talleres como La Marca,
aprovechando el hecho de que el destino Cuba se ha puesto muy de moda
últimamente, proponen que los visitantes se lleven el souvenir en la piel.

Source: El mundo del tatuaje intenta hacerse un hueco legal en la Cuba
actual | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1455013034_20084.html

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