miércoles, 22 de junio de 2016

Cómo será el futuro de Cuba... según el régimen

Cómo será el futuro de Cuba... según el régimen
Iván García Quintero

El gobierno ha lanzado a la calle cientos de miles de ejemplares de los
dos textos emanados del VII del Congreso del PCC para su consulta
popular, pero son pocos los que se aventuran en el análisis. Mira por qué.
Veinte minutos. Ni más ni menos, cuenta Emilio, ingeniero civil, fue el
tiempo

que en su empresa llevó 'analizar' un documento repleto de jergas,
aprobado por el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado el
pasado mes de abril en La Habana.

"Imagínate, el jefe nos había autorizado a realizar un 'motivito' por el
día de los padres. Hicimos una colecta y compramos tres botellas de ron
y dos cajas de cerveza. Pero al mediodía se apeó el tipo del sindicato,
para una reunión con 'los factores del municipio', donde se iba a
debatir el modelo económico y el futuro de Cuba", comenta el ingeniero.

Con esa manera mecánica de funcionar que tiene la cacareada democracia
participativa pregonada por el régimen verde olivo, dos funcionarios del
partido del municipio Cerro, junto al secretario del sindicato de la
empresa, leyeron al vuelo la introducción del nuevo evangelio castrista.
"A continuación fue sometido a votación", dice Emilio.

Como es habitual, todos los trabajadores de la empresa votaron de manera
unánime a favor de lo planteado en el mamotreto, sin conocer ni analizar
su contenido. Luego siguió la fiesta, escuchando reguetón a todo volumen
y bebiendo alcohol como piratas.

El 14 de junio, con el editorial Un debate por el futuro, publicado ese
día en el periódico Granma, órgano del PCC, se dio el pistoletazo de
arrancada oficial del proceso de consultas para la 'construcción de un
socialismo próspero y sostenible'. El debate se extenderá hasta el 20 de
septiembre.

Se trata -y aquí comienza la jerigonza-, de la "Conceptualización del
Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista" y el "Plan
Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: propuesta de
visión de la nación, ejes y sectores estratégicos".

En el editorial se argumenta que los textos, de "trascendental
importancia (…) no son fruto de la improvisación, sino la resultante de
una elaboración colectiva, bajo la dirección del Partido, en la cual
participaron profesores universitarios, académicos, investigadores de
las ciencias económicas y sociales y funcionarios del Gobierno y el
Partido".

Y subraya que "fueron debatidos en reuniones del Buró Político, en dos
Plenos del Comité Central, sometidos a consulta de todos los diputados
de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de varios miles de personas
más, y luego exhaustivamente examinados en el Congreso".

Según Granma, después que la cita comunista "aprobara en principio ambos
documentos", acordó "encargar al Comité Central llevar a cabo un proceso
de consulta, con el propósito claramente definido de enriquecerlos y

perfeccionarlos". Y recalca que "son documentos abarcadores y de gran

complejidad que marcarán el rumbo del proceso revolucionario cubano, del
Partido y de la sociedad" de cara al futuro.

El principal medio estatal cubano aclara que "fueron impresos 680.800
ejemplares de un tabloide de 32 páginas", destinados a "las
organizaciones de base y colectivos donde se debatirán". Otros 200.000
ejemplares se vendieron a la población y también están disponibles en
los sitios digitales del Partido, del periódico Granma y el portal
Cubadebate, para que puedan ser "estudiados en una sociedad cada vez más
informatizada".

Por si no bastara, el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y
Ministros, Miguel Díaz-Canel anunció una "novedosa aplicación creada por
profesores y estudiantes de la facultad de Matemática, Física y
Computación, perteneciente a la Universidad Central Marta Abreu de Las
Villas".

La app fue calificada de un "instrumento de extraordinario valor", pues
facilitaría las discusiones en torno a los documentos de marras.

En su editorial del 14 de junio, Granma vaticina que "esos pasos
contribuirán a lograr que las discusiones sean ampliamente democráticas,
ricas en su contenido, concretas en ideas y proyecciones". Justifica que
al VII Congreso "no se pudo llegar con la elaboración terminada del Plan
Nacional de Desarrollo hasta el 2030, debido a su gran complejidad
técnica", objetivo que "se debe alcanzar el próximo año".

Y recuerda que "tal como acordó el Congreso, esa versión será sometida al

Comité Central para su aprobación definitiva y enviada para su análisis
a la Asamblea Nacional del Poder Popular, legislativo al cual le
corresponde darle valor legal".

El PCC, a través de su órgano oficial, "invita a la participación activa
de los

millones de cubanos, militantes o no, convocados a esta consulta,
imprescindible para consolidar el consenso en torno al futuro de Cuba".

Antes del comienzo de lo que define como "amplia discusión nacional", el
editorial ya pronostica la intervención de "los enemigos, los
escépticos, los vacilantes, los que se hacen eco de las campañas
detractoras desde el exterior contra el Partido y la Revolución, y los
que sueñan con volver a una sociedad sujeta al deseo y las pretensiones
yanquis".

No creo que se pueda condensar mayor cantidad de delirios en un artículo
periodístico. Aunque se supone que el futuro de Cuba deba interesar a
los cubanos, tamaña enajenación verbal espanta incluso a sus seguidores.

En Sueño de país, la periodista Giselle Morales, del periódico
Escambray, de Sancti Spiritus, escribe: "No hay que darle tantas
vueltas: el tabloide que está siendo sometido a consulta popular desde
este 15 de junio y hasta el 20 de septiembre con dos textos emanados del
VII Congreso del Partido, es un documento denso. Denso y difícil de
comprender para un ciudadano no avezado en abstracciones y estrategias".

Probablemente por higiene mental, un segmento amplio de compatriotas no
leen la prensa estatal o bajan el audio del noticiero nacional de
'ciencia ficción política' cuando su presentador Rafael Serrano comienza
a enunciar tonterías.

Créanme. Intenté conversar con amigos y vecinos para conocer su
valoración sobre el documento partidista que diseña el futuro de la
nación. Pero nadie quiso dar su opinión. O no leyeron el tabloide o
simplemente no les interesa comentar lo que consideran un disparate.

A Ramona, jubilada, la pillé en un estanquillo de la barriada de la Víbora

comprando varios ejemplares. "No hombre no, no voy a leer esa porquería.
Es que me sirven para envolver la basura y como papel higiénico".

Ricardo, chofer de un taxi colectivo de La Palma al Parque Fraternidad se

compadece de mí: "Brother, que difícil es ser periodista en Cuba. La
gente no quiere opinar porque saben que todo eso es una tomadura de
pelo. Ya son casi sesenta años con la misma candanga. Escribe de otra
cosa", me aconseja.

Entre los que están leyendo y analizando la nueva biblia oficial se
encuentran disidentes, periodistas alternativos y analistas políticos de
diversas tendencias. "Aún es pronto para opinar", me dijo un colega de
la prensa independiente.

Quisiera ser objetivo. Pero desmenuzar punto por punto las
incongruencias y el colosal disparate que nos vende el gobierno de Raúl
Castro como futuro promisorio requiere de tiempo y paciencia.

"Ni siquiera como broma de mal gusto el documento tiene validez", afirma
el taxista Ricardo. Por eso una mayoría de cubanos de a pie ni caso le
hacen.

Source: Cómo será el futuro de Cuba... según el régimen -
http://www.martinoticias.com/a/cuba-futuro-segun-el-regimen/124561.html

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