martes, 21 de junio de 2016

El descontrol, las chapucerías y Liborio

El descontrol, las chapucerías y Liborio
¿Quién paga por los costosos errores del Estado?
Martes, junio 21, 2016 | Roberto Jesús Quiñones Haces

GUANTÁNAMO, Cuba.- En la Terminal de Ómnibus Nacionales de La Habana se
creó hace algún tiempo una agencia de viajes de última hora. La medida
ha sido buena y, consecuentemente, bien recibida por el pueblo, pues
garantiza la máxima ocupación de los ómnibus.

A pesar del éxito alcanzado y de que han transcurrido aproximadamente
tres años de la creación de la agencia, la medida no se ha extendido a
otras provincias, lo que favorece que en ocasiones, existiendo
capacidades para viajar, éstas sean negadas a los clientes con el
objetivo de crear un aumento artificial de la demanda, algo que facilita
la venta de esos boletos a sobreprecio en las mismas terminales, a veces
hasta más del doble de su precio original.

Pero quizás ninguna área como la de la construcción pueda servir de
ejemplo en cuanto a la abundancia de chapucerías, descontroles sobre la
ejecución del proceso inversionista y el uso de los materiales
constructivos, lo cual provoca el cierre de obras recién inauguradas o
reinauguradas –el término está muy de moda– y, por supuesto, eleva los
costos.

Guantánamo no es la excepción dentro de este mar de chapucerías y
descontroles en el sector de la construcción.

El restaurante Venus, situado en pleno centro de la ciudad, estuvo
cerrado durante un año por reparación. Se reabrió el pasado primero de
mayo y ese mismo día el horno para la cocción de los alimentos presentó
problemas. El periódico Venceremos, órgano oficial del comité provincial
del partido dictatorial informó de la situación el pasado seis de mayo
en su sección "Instantáneas". El pasado 15 de junio este corresponsal de
CubaNet pasó por el lugar y constató que todavía continuaban las labores
de reparación del inmueble a pesar de haberse reinaugurado oficialmente
el pasado 1ro de mayo. Esta vez las acciones constructivas estaban
dirigidas a solucionar un problema en las redes hidráulicas.

Muchos ciudadanos se preguntan por qué el encargado de supervisar la
reconstrucción aceptó que la obra estaba terminada existiendo estas
deficiencias. Al parecer, de nuevo primó más el deseo por el barullo que
hacen los comunistas cada vez que inauguran una obra en una fecha
histórica que la necesidad de que los trabajos fueran ejecutados con
calidad. La relatoría de casos semejantes es muy abultada de 1959 hasta hoy.

Otra obra realizada hace menos de dos meses en la avenida Ernesto Che
Guevara, una de las más importantes de la ciudad, cuyo objetivo era
garantizar un buen drenaje de la zanja del barrio de San Justo,
convertida en un peligroso foco de vectores que amenaza la salud de
numerosos vecinos, también fue dada por concluida. Unos días después, al
pasar una rastra por el lugar el pavimento se hundió y gracias a la
pericia del chofer no ocurrió un lamentable accidente. ¿Dónde estaban
quienes tenían que controlar para que la obra fuera terminada con
calidad? Este corresponsal de CubaNet también constató el pasado 15 de
junio que las labores en el mencionado lugar aún continúan.

El propio periódico Venceremos dio cuenta en la misma sección
Instantáneas del pasado 10 de junio que la Casa del Jugo, sita en la
calle José Martí esquina a Paseo, inaugurada hace menos de seis meses,
ha tenido que cerrar en varias ocasiones por falta de un tanque de agua
que les permita reservar el líquido y así cumplir con su objetivo.

A escasas tres cuadras del comité provincial del partido único y a menos
de dos de la sede del gobierno provincial, se levanta con una lentitud
extraordinaria lo que debe ser el nuevo tribunal provincial, obra que
comenzó a ejecutarse el 15 de agosto del 2013 y que en modo alguno tiene
una complejidad que justifique la demora que acusa en su ejecución.

Y en pleno centro de la ciudad el cine América permanece cerrado por
reconstrucción desde hace ya cinco años sin que se avizore cuándo va a
terminar la ejecución del proyecto.

Los ejemplos mencionados demuestran cómo las chapucerías en la ejecución
de obras sociales y el descontrol sobre los materiales destinados a
ellas siguen obstaculizando la conformación de la disciplina técnica y
laboral que se supone debe ser concomitante con el socialismo próspero y
sostenible del que tanto hablan los jerarcas del castrismo.

La prensa oficialista no ha informado acerca de si se ha incoado algún
expediente disciplinario contra alguno de los dirigentes encargados de
controlar la ejecución de estas obras.

Mientras tanto Liborio sigue cargando con las responsabilidades e
incompetencias de esa gente. Es el mismo Liborio que trabaja en silencio
por un magro salario y paga los viajes de Antonio Soto Castro del Valle
por Europa, los suntuosos caprichos de la rancia aristocracia castrista
y la manipulación que hacen de nuestra realidad sus testaferros.

Source: El descontrol, las chapucerías y Liborio | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/el-descontrol-las-chapucerias-y-liborio/

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