jueves, 23 de junio de 2016

La Habana coquetea con Seúl

La Habana coquetea con Seúl
¿Está a la vuelta de la esquina el acercamiento diplomático?
Jueves, junio 23, 2016 | Osmar Laffita Rojas

LA HABANA, Cuba.- Era 1959 y Fidel Castro rompías las relaciones de Cuba
con Corea del Sur, que habían sido establecidas en 1949 durante el
gobierno provisional de Sigman Rhee en el país asiático. En cambio, el
líder de la joven revolución entabló amistad con la República Popular
Democrática de Corea, gobernada por el dictador Kim Il-sung.

A pesar de la gran distancia geográfica entre La Habana y Pyongyang, los
vínculos entre ambos gobiernos totalitarios han sido bien estrechos,
caracterizados por la permanente alianza política e ideológica, y una
gran identificación en la lucha contra los Estados Unidos.

Y como quiera que los gobiernos de La Habana y Seúl no mantienen
relaciones casi de ningún tipo desde hace ya 57 años, resultó todo un
acontecimiento la reciente visita a la capital cubana del ministro
sudcoreano de Asuntos Exteriores, Yun Byung-se, quien asistió en calidad
de observador a la Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC).

Pero el punto central de la apretada agenda del jefe de la diplomacia
sudcoreana, durante sus dos días de estancia en La Habana, fue explorar
la posibilidad del restablecimiento de las relaciones entre Corea del
Sur y Cuba.

El canciller de Corea del Sur fue recibido por su homólogo cubano, Bruno
Rodríguez Parrilla, en el Palacio de las Convenciones. El encuentro, a
puertas cerradas y previsto inicialmente para una media hora, se
prolongó por espacio de 75 minutos.

Concluida la reunión con Bruno Rodríguez, el canciller sostuvo un
encuentro con reporteros sudcoreanos presentes en La Habana, a quienes
manifestó que las conversaciones con su par cubano fueron "amigables,
serias y honestas". Explicó que ambas partes "intercambiaron una gran
variedad de perspectivas sobre temas bilaterales, regionales y globales".

El canciller surcoreano no hizo comentarios sobre la normalización de
las relaciones entre ambos países, pero se mostró optimista sobre el
asunto. Dijo que espera celebrar "diálogos de seguimiento a diversos
niveles con miras al futuro" y añadió que el gobierno surcoreano planea
realizar "un gran esfuerzo con el fin de mejorar las relaciones
bilaterales".

Dejó claro que a pesar de que las relaciones entre ambos países avanzan
despacio en diversos campos, llegó el momento de centrarse en el
potencial que tienen ambas naciones. Acotó que pudo percibir una
proximidad entre ambos países, demostrada por la cortesía del gobierno
cubano durante su asistencia a la cumbre de la AEC, y en el tiempo
adicional dedicado a los diálogos.

El canciller cubano agradeció a Yun sus comentarios y dijo tener
"grandes expectativas" de trabajar con Corea del Sur en temas como el
cambio climático y el desarrollo sostenible, dos de los principales
temas de la agenda de la cumbre de este año de la AEC.

Este encuentro entre los cancilleres Yun y Rodríguez fue el resultado de
las negociaciones que durante un tiempo han sostenido Seúl y La Habana.
Hábilmente se aprovechó la condición de Corea del Sur como miembro
observador de la AEC para realizar este encuentro que fue, en
definitiva, el objetivo principal del viaje de Yun a la capital cubana.

Esta movida del gobierno cubano responde a la necesidad de buscar un
mercado que le proporcione, en condiciones ventajosas, los recursos que
la Isla necesita y que no puede brindar su socio ideológico, Corea del
Norte, bajo los efectos de las sanciones internacionales impuestas por
la ONU debido a la irresponsable carrera nuclear que lleva a cabo Pyongyang.

Es natural que el régimen cubano fije sus ojos en uno de los "Tigres
Asiáticos". Corea del Sur, junto a Hong Kong, Singapur y Taiwán, son las
economías que más crecimiento han llegado a registrar en el sudeste de Asia.

Corea del Sur llegó a tener su actual desarrollo como resultado de la
aplicación de una inteligente política. El dictador Park Chung-hee, en
el poder desde 1962 hasta 1979, estrechó las relaciones con Estados
Unidos, posibilitó la inversión extranjera y el surgimiento de grandes
conglomerados industriales (chaebol, que significa negocio familiar o
monopolio) que contaron con el apoyo de las transnacionales norteamericanas.

Todo ello dio lugar a un cambio radical del antiguo modelo económico,
que pasó de agrario a industrial, posibilitando superar con creces en el
plano económico a sus vecinos norcoreanos y lograr la prosperidad. El
chaebol se hizo presente en diferentes sectores económicos con su fuerte
crecimiento, desarrollo tecnológico, diversificación y gran dimensión
empresarial. El gobierno otorgó a las empresas nacionales un fuerte
apoyo financiero para que lideraran el despegue económico del país.

¿Resultado? El producto interior bruto se disparó. Al aumentar las
infraestructuras y productos nacionales y desarrollar una política de
externalización, se acumuló mucho capital en forma de divisa extranjera.
En menos de 30 años, ya Corea del Sur había alcanzado a Hong Kong,
Singapur y Taiwán.

Algunas características de esas economías son: abundancia de mano de
obra barata, bajos salarios por largas jornadas y carencia de derechos
laborales.

También está la creación de las zonas francas portuarias, donde las
empresas están exentas de impuestos y aranceles, y se les ofrece una
legislación especial en materia laboral (la limitación de los derechos
sindicales), además de mejoras de infraestructura a cargo del Estado.

Por último se encuentra la fuerte inversión estatal y el desarrollismo
dirigido, llevando la contraria a las directrices del Fondo Monetario
Internacional.

Estos factores fueron aprovechados por las industrias de los países
desarrollados, que se trasladaron a territorio de los "Tigres". Ellos,
por su parte, siempre tuvieron en la mira la protección de sus intereses
nacionales, la competitividad y las expectativas del empresariado local.

Debido a sus limitaciones territoriales, su escasa disponibilidad de
tierra cultivable y de recursos naturales, no basaron su crecimiento en
la exportación de productos primarios. Y tuvieron éxito. Mucho.

Esas son precisamente las condiciones que el gobierno cubano ve en Corea
del Sur, aunque sea aliado de Corea del Norte.

La displicente atención que el canciller Bruno Rodríguez brindó a su
colega sudcoreano es una señal bastante clara de que el restablecimiento
de la relaciones diplomáticas puede estar a la vuelta de la esquina.

origenesmadiba@gmail.com

Source: La Habana coquetea con Seúl | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/la-habana-coquetea-con-seul/

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