jueves, 23 de junio de 2016

Las pequeñas empresas cubanas necesitan libertad económica

Las pequeñas empresas cubanas necesitan libertad económica
[23-06-2016 15:59:52]
Elías Amor
Economista

(www.miscelaneasdecuba.net).- Como parte del interés que despierta
cualquier información procedente de Cuba en estos momentos, los medios
se ha hecho eco de la visita de la directora de la Agencia de pequeñas
empresas de EEUU, María Contreras-Sweet, a La Habana, para reunirse con
dirigentes del régimen comunista, como el ministro de comercio Exterior
e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, y altos funcionarios de los
ministerios del Comercio Interior y de Trabajo Seguridad Social.
El objetivo de estos contactos es pasar revista, junto con las
autoridades del régimen, a las reformas económicas que se están
adoptando en la isla, con el objetivo de "actualizar" el modelo
económico socialista de la isla, comprometido en la apertura, eso dicen,
de espacios a la economía privada así como para la inversión extranjera.


Esta visita, que incluye un recorrido por la Zona del Mariel, tiene
lugar dos meses después que Raúl Castro anunciara en el cónclave
comunista la legalización de las pequeñas y medianas empresas privadas.
Empresas que tendrían su origen en los pequeños negocios privados,
cuenta propistas, que al parecer, según datos oficiales, ofrecen empleo
a medio millón de personas, y desarrollan sus actividades bajo un rígido
control del régimen que, en ocasiones, raya la represión y la persecución.
Al parecer, la responsable de las pymes de EEUU trae consigo cuatro
enmiendas aprobadas por el Comité de Asignaciones del Senado de Estados
Unidos, encaminadas a liberar el comercio agrícola entre los dos países
y las visitas de norteamericanos a la isla, poniendo fin de este modo a
12 las categorías existentes en la actualidad. Hay gran expectación
entre la dirigencia comunista porque estas medidas entren en vigor. Pero
no parece fácil.

La realidad es bien distinta. Lo que se va a encontrar la señora
Contreras-Sweet en La Habana nada tiene que ver con el funcionamiento
ordenado de una economía de mercado, sino más bien, con un caos que no
gusta a nadie. Porque si bien es cierto que de momento los cubanos
pueden encontrar una cierta variedad de género donde elegir, a
diferencia de la escasez perenne del racionamiento comunista, el
problema está en el poder adquisitivo de los salarios, uno de los más
bajos de occidente, lo que impide el nacimiento y consolidación de un
mercado de consumidores. No es extraño, por ello, que algunos
observadores hablen que "el camino legal de las reformas "será largo", y
poco probable que el régimen castrista no consiga funcionar con los
niveles de agilidad que exigen los acontecimientos". Pese a las
urgencias del momento, el petróleo de Venezuela se acaba y no hay dinero
para comprarlo, las autoridades no quieren imprimir más velocidad a la
maquinaria.

Contreras-Sweet se va a reunir con funcionarios comunistas que ignoran y
desprecian los valores de la libertad económica, la independencia, el
esfuerzo y el trabajo productivo. Personas que han sido educadas en unos
principios "revolucionarios" que han entrado en crisis, y que ahora, 57
años después, tratan de enderezar sin darse cuenta que lo que realmente
necesita la economía castrista es un giro de 180º y no paños calientes.

Sería muy positivo, por ejemplo, que los empresarios cubanos pudieran
asociarse libremente con quién les de la gana, por ejemplo, con
franquicias procedentes de Estados Unidos, y del mismo modo, que
pudieran asociarse entre ellos, integrando cadenas de valor y
asociaciones de negocios para aumentar la escala de prestación de
servicios y ofrecer precios más bajos. También sería positivo que la
carga fiscal sobre las nuevas empresas disminuyera, al menos durante 5
años en los que se necesita apostar por una política acelerada de
reinversiones, y que se les autorizase operar en todos los sectores
productivos, y no en el conjunto de actividades que existen en la
actualidad, en su mayoría de bajo nivel de productividad y competitividad.

Una conclusión muy importante a tener en cuenta es que el futuro de
estos emprendedores cubanos no está en las enmiendas que se aprueben en
Estados Unidos. Esta obsesión con el dinero de EEUU que existe en las
autoridades de La Habana recuerda a las escenas de aquel Bienvenido Mr.
Marshall de Berlanga, que tanta risa provoca. Aquellos españoles
anticuados de mediados de los años 50 convirtieron a España en una
potencia económica mundial porque se adoptaron las políticas económicas
internas adecuadas para ello, fortaleciendo las estructuras económicas
del país y propiciando el cambio. El automóvil de Mr. Marshall pasó de
largo. Por desgracia, esto mismo podrá ocurrir en Cuba, por mucho que se
hayan restablecido relaciones diplomáticas con EEUU tras medio siglo de
confrontación política agitada desde La Habana. Cierto, todo eso quedó
atrás, pero ahora hay que ponerse a trabajar para que el país pueda
salir adelante.

Y que no se engañe el gobierno cubano. Solo puede superar el atraso de
estos 57 añospropiciando una transformación de la estructura económica
en beneficio de la empresa privada, pequeña, mediana o grande, el tamaño
poco importa. Lo realmente esencial es que se gestione por empresarios
que arriesguen a cambio de beneficio. Esa es la receta y no la aburrida
planificación central.

Source: Las pequeñas empresas cubanas necesitan libertad económica -
Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/576beb583a682e165ca284e2#.V2v_Rbh95h0

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